¿Alguna vez te has preguntado si tu imagen personal y tu marca personal son lo mismo? ¡Spoiler alert: no lo son! Pero ojo, son como Batman y Robin: diferentes, ¡pero juntos son imparables para tu éxito!
Piensa así: tu imagen personal es cómo te ven los demás a través de tu ropa, tus accesorios, tu arreglo. Es la primera impresión visual. La imagen personal es tu carta de presentación y tiene que proyectar las cualidades, habilidades, competencias o valores en cada actividad, entorno, o situación. La marca personal, en cambio, es la huella que dejas en los demás desde un punto de vista más amplio: eres tú como producto y tiene que transmitir valores y beneficios.
Cuando gestionamos ambas de forma inteligente, ¡boom!, son el empujón que necesitas para lograr tus objetivos profesionales. Por eso, te comparto 3 claves para que tu imagen personal sea la chispa que potencie tu marca personal:
1. Vístete con intención, ¡siempre!
Más allá de verte guapo o guapa, ¿qué quieres proyectar? Decide si buscas verte profesional, inspirar confianza, transmitir respeto, generar empatía, mostrar sencillez o potenciar tu feminidad. Cada prenda que eliges puede hablar por ti, ¡así que haz que diga lo correcto!
2. Elige tus colores sabiamente
Los colores son poderosos. Usa los que te favorecen según tu colorimetría, los que te ayudan a transmitir el mensaje adecuado a los demás o incluso aquellos que te suben el ánimo y la seguridad. ¡El color es un arma secreta de tu autoestima!
3. Encuentra y pule tu estilo (¡sin parar!)
Es común arreglarse solo para esa reunión importante o un evento especial, y eso está bien. Pero tu estilo real debe ser versátil y adaptarse a diferentes situaciones y códigos de vestimenta. La meta es que la gente te identifique por tu forma de vestir, que se convierta en parte de tu marca personal. ¡Que no te digan «hoy sí te bañaste»! Que tu estilo hable por ti, ¡todos los días!
Si deseas saber o aprender cómo desarrollar estas poderosas herramientas, SOLICITA TU ASESORIA PERSONAL
